
... La realidad de las presiones de parte de nuestros "amados" jefes para obtener los mejores resultados de nuestras labores. Lo cual me hizo pensar en las pocas diferencias que realmente han existido a lo largo de la historía en la relación esclavo - patrono, ¡digo!, empleado - patrono.
Cavilé con preocupación, que los látigos y maltratos físicos, han cambiado en amenazas de despido, y maltratos sicológicos, siempre con el objeto de llevar al límite de la productividad a aquellas personas encargadas de producirles ganacias a los poderosos.
Weno, pero al menos ya no nos dan latigazos, ¿NO?.
Gracias ¡Y hasta la próxima!